lunes, 21 de junio de 2010

La moción de censura: Marisol “la Yagüe”

La moción de censura marcó el cambió entre Julián y Marisol. Ambos periodos posteriores al mandato de Gil tienen un factor común: la descomposición del Régimen que ya no obedecía a una autoridad que ordenara el saqueo. Empezaron a aparecer reinos de taifas en cada delegación, esquilmando cada concejal su parcela sin el control de un jefe.

Todo el mundo conoce a Marisol. Proviene de una conocida familia con un negocio familiar de venta de verduras. Antes de entrar en política había colaborado en el negocio familiar y había sido representante de la firma de cosméticos Revlon, organizando reuniones de ventas en casas de amigas. Asimismo, era conocida por su participación en un coro rociero, y por ser hermana de uno de los primeros concejales de la época Gil Juan Antonio Yagüe Reyes.

Juan Antonio Yagüe fue acusado de tráfico de Hachis, pero su detención fue retrasada por órdenes de “superiores”, permitiendo su fuga. Actualmente se encuentra huido de la Justicia en Venezuela, país con el que no hay tratado de extradición, pudiendo pasearse por España puesto que su delito está prescrito. ¡Atención! El hermano implicado en el tráfico de hachis se llama Arturo

Marisol, a pesar de su escasa formación, es inteligente y consiguió sortear todos los obstáculos para llegar a la alcaldía de Marbella desde el puesto número 15 que ocupaba en la segunda legislatura del Gil. Su buena labor en Participación Ciudadana le granjeó la antipatía de Julián Muñoz Palomo, así como la complicidad de un buen número de asociaciones vecinales que recibían subvenciones del Ayuntamiento. Cuando Marisol llega al Ayuntamiento las arcas están vacías. El dinero que se exigía a los promotores se lo quedaba Roca o iba destinado al pago del personal. Según Isabel García Marcos “somos el municipio más vigilado, por lo tanto, el más limpio”. Desgraciadamente no era así.

Durante los tres años que dura el Yagüismo, los medios de comunicación se fueron posicionando paulatinamente contra el consistorio. Me gustaría que fuera por una apreciación de desfalco en las arcas municipales, pero no fue por esta causa. Durante la época de Julián Muñoz, los pagos a los medios de comunicación eran generosos, por medio de facturas justificadas por diversos conceptos, desde la emisión de publicidad institucional hasta la inserción de la agenda cultural del Ayuntamiento. Algunos no sólo recibían dinero en “A“ también cobraban en “B”. Resultan sobrecogedores algunos de los relatos sobre los responsables de medios que pasaban por la sede electoral de Julián Muñoz, donada graciosamente por un promotor, por supuesto. Cuando Marisol corta estos pagos, los medios comienzan a ponerse en su contra, convirtiéndose en rehén de los métodos GILISTAS.

El único medio incómodo, que nunca aceptó ningún tipo de “publicidad institucional” fue el diario El Mundo. Esto se debía a dos razones, la primera la rectitud profesional de su corresponsal y la segunda la histórica mala relación entre Jesús Gil y Pero J. Ramírez. Cuando desvela el caso saqueo, Pedro J. no acepta ninguna injerencia sobre su independencia, lo que no perdona Jesús Gil quien colabora activamente en el complot urdido por Rafael Vera y Rodríguez Menéndez para asesinar civilmente a Pedro J. gravando un vídeo en el que aparece manteniendo relaciones sexuales bajo la influencia de una droga inhibidora de la voluntad. Esta colaboración se materializa con la contratación por Gil de José María González Sánchez-Cantalejo, quien desde un armario gravó el famoso video.

La gestión de Yagüe al frente del Ayuntamiento siempre estuvo controlada indirectamente por Juan Antonio Roca. La ingenua de Marisol aseguraba que “ Juan Antonio y yo somos como hermanos”. Quedaba poco por esquilmar, pero hubo tres concesiones administrativas que marcaron el mandato de la alcaldesa. La primera fue la concesión de la explotación del cementerio a Necrópolis S.L. Gracias a un presunto tráfico de influencias, la concesionaria consiguió que aumentaran las tarifas hasta un 170 por ciento, convirtiéndose Marbella en la ciudad más cara para morirse de toda España. Esta subida estuvo apoyada tanto por el tripartito de Gobierno como por los concejales del Partido Popular, Ángeles Muñoz, Félix Romero y Francisca Caracuel. Pensaron que, siendo los difuntos los “clientes” de la concesión, no podrían quejarse de la subida de tarifas, sin percatarse que el coste del enterramiento se repercute en el seguro de decesos (popularmente conocido como “Ocaso” o “Santa Lucia”) que pagan millones de españoles cada mes. La mayoría de los asegurados son ancianos.

El titular de la concesión, con sociedades en paraísos fiscales, se jacta de ganar millones de pesetas al mes, y que lo hace sin competencia, puesto que “todo el mundo quiere ser enterrado donde nació”. Si el seguro que cubre los gastos de enterramiento es un timo de por sí, puesto que durante toda la vida se llega a pagar hasta tres veces el coste del entierro, los ancianos vieron como aumentaba la prima hasta un 120 por ciento, y al no poder hacer frente a esta subida, no pagaban un mes perdiendo todos sus derechos. Ante la avalancha de críticas, el tripartito, que ya tenía un compromiso firme con el propietario de Necrópolis, llevó a pleno una supuesta bajada, que en realidad era un engaño, puesto que sólo bajaban el precio del alquiler de nuestra última parcela, pero a su vez bajaban el periodo de alquiler de 50 a 30 años, con lo que en realidad era una nueva subida encubierta. Tanto el Partido Popular como el Partido Socialista volvieron a votar a favor. El mal servicio no terminaba ahí. Las instalaciones del cementerio son lamentables, no se cumplen las condiciones sanitarias, las flores se reutilizan en varios entierros y el servicio de cremación se ha subcontratado, algo prohibido por ley.

En diciembre de 2005 la situación se había deteriorado mucho. La corrupción en Marbella se había “atomizado” de forma que cada concejal tenía su pequeña parcela de poder y ordeñaba la vaca según su propia conveniencia. De esta forma, Victoriano Rodríguez, concejal de Tráfico y Vía Pública se paseaba por los comercios de la ciudad causando el pánico entre ellos. Era vox pópuli la extorsión a la que sometía el encantador anciano a todo aquel comercio con terraza. De paso se apropió del Rolls Royce de Jesús Gil y Gil paseándolo por su finca de Ciudad Real. Buscando de donde podían rascar algo, encontraron a la concesionaria de la grúa. El empresario Ismael Pérez ofreció (presuntamente) 25 millones de pesetas y coches de lujo a cambio de que le “arreglasen” el concurso. Esta es la conversación incorporada en el Auto del Malaya:

Ismael Pérez: (…) Estoy que me tiro por las paredes, no sé que hacer con ello.

Victoriano: (…) Primero hay que dejar y bien lo de la grúa y después coger el dinero. Porque esto se acaba, Ismael.

Ismael: No, no, ya lo sé.

Victoriano: Te lo digo, que están muy mal las cosas.

En las siguientes semanas se arregla un pliego de condiciones que establece las tarifas más altas de España, en perjuicio de todos los ciudadanos de Marbella.

El agonizante municipio aún daba para más, el anciano edil, colocó toda una red de máquinas expendedoras que no sólo ocupaban la vía pública sino que cogían la electricidad del alumbrado público. La segunda concesión era la del transporte público cuya beneficiaria era Portillo, una empresa del grupo Fomento de Construcciones y Contratas, la empresa controlada por Esther Koplovich. La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Marbella aprobó el 22 de diciembre de 2005 las bases del concurso que darían el control a Portillo sobre el transporte público de Marbella durante los próximos 25 años. Por supuesto, Portillo fue la única empresa que se presentó al concurso.

Es importante resaltar que una comisión pagada a un político corrupto tiene como consecuencia una merma en el servicio de trasporte público. Marbella es una ciudad que ha crecido de forma caótica, de forma que el transporte público es muy necesario para vertebrar la ciudad. Para coger un autobús en Marbella es necesario esperar durante mucho tiempo, puesto que la empresa no destina los suficientes recursos, ni para los autobuses, ni para la estación que no es propia de una ciudad como Marbella. En el transcurso de la operación Malaya se detuvo al director gerente de la empresa y a dos altos directivos, por el pago de comisiones ilegales, es decir, por cohecho. Son muchas las ocasiones en las que se ha pensado rescindir el contrato con Portillo, por el mal servicio prestado, pero la realidad es que nunca se ha tomado una decisión firme al respecto.

Las concesiones de publicidad estática también fueron objeto de deseo de los concejales malayos. Se encontraron irregularidades en las concesiones de la publicidad sobre las placas de los nombres de las calles, las marquesinas de las paradas de autobuses, y el mobiliario urbano ( papeleras, relojes, etc.). En algunas ocasiones, las concesionarias no pagaban el canon al Ayuntamiento, sino a los concejales, en otros se traspasaba la concesión sin el permiso de la Junta de Gobierno Local, sólo con el beneplácito del concejal.

Por último, la concesión que permite insertar publicidad en las papeleras es claramente irregular con un agravante. La empresa Surplanning es del hermano de un ex concejal Gilista. A pesar de tener un canon ridículo, y que ni siquiera se pagaba, no sólo no ha sido revisada la concesión sino han archivado el expediente el gobierno del Partido Popular.

4.4. Arturo Moya llega a Marbella

Probablemente lo único que hizo bien la ex alcaldesa de Marbella fue reconocer su imposibilidad de gestionar la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana. La Junta de Andalucía ya había repetido hasta la saciedad que, en ningún caso, negociarían con Roca el nuevo planeamiento de la ciudad. Los empresarios estaban muy preocupados puesto que eran rehenes del morador de Planeamiento Urbanístico. Sin un nuevo Plan General, la única salida que tenían los empresarios era llegar a convenios con el Ayuntamiento, y ahí siempre estaba Roca, dispuesto a forrarse. Los empresarios buscaron en Sevilla una persona capaz de desatascar el problema que ya estaba en punto muerto desde que se iniciara la revisión en 1991, es decir, 14 años.

Ricardo Arranz propuso a Arturo Moya, que por entonces era presidente de la Fundación Antares, un foro de diálogo con sede en Sevilla. Con anterioridad, Arturo había sido diputado constituyente y candidato a presidente de la Junta por una coalición Andalucista en 1991. Llegó a la ciudad en Octubre de 2005, como coordinador del Plan, y acto seguido llegó a un acuerdo con la Junta de Andalucía para comenzar conjuntamente los trabajos del nuevo Plan General de Marbella. Este acuerdo dio sus primeros frutos con el concurso presentado para la redacción del Plan General de Ordenación Urbana de Marbella. Se presentaron despachos de arquitectos urbanistas de toda España. Entre ellos se encontraba el de Manuel González Fustegueras, el estudio preferido por la consejera Concepción Gutiérrez. A pesar de que otros despachos obtuvieron una mejor puntación que Fustegueras, la presión de la Junta logró que se eligiera Territorio y Ciudad, tal y como reconoció Marisol Yagüe en una rueda de prensa en la que se quejaba de que Fustegueras nunca obedecía las órdenes de la alcaldesa.

La relación entre Arturo Moya y Juan Antonio Roca nunca fue fácil, no se fiaban el uno del otro. Arturo solía advertir a los empleados de urbanismo que tuvieran cuidado con la fauna de la selva marbellí (sobre todo con el “listo del barrio”, en referencia a Roca), que no cedieran a las tentaciones y tuvieran los pies en el suelo. Resulta muy significativo que cuando detienen a la secretaria personal de Roca, esta llama a Arturo para pedirle un abogado. Fue liberada sin cargos. La aprobación del Avance del Plan se consiguió con cierta celeridad, lo cual animó a los inversores que comenzaban a ver la luz a final del túnel. La presentación la hizo la consejera Concha Gutiérrez en las instalaciones de la Junta en Marbella, el Centro Internacional de Turismo de Andalucía, más conocido como CINTA. En ella se vio como multimillonarios promotores se abalanzaban sobre los folletos del Avance, peleando por conseguir un ejemplar. Fustegueras dibujó todas las edificaciones ilegales de Marbella y dejó claro que para legalizarlas los compradores de construcciones ilegales tendrían que pagar un precio, las compensaciones.

Si podemos decir que la redacción del Plan General de Ordenación Urbana de Marbella ha sido transparente, no podemos decir lo mismo del Plan de Ordenación Territorial de la Cosa del Sol (P.O.T) redactado por el arquitecto José Seguí. El Plan de Ordenación Territorial asume la Ordenación de toda la Costa del Sol Occidental, con todos los interés económicos que hay en juego. Desprotege un importante paraje en Marbella, la finca de la Concepción, último pulmón verde de Marbella por debajo de la autopista y lugar donde se hallan los restos de la ferrería más antigua de España, testigo único de la revolución industrial. La acción urbanística sobre este paraje, que ocupa más de dos millones de metros cuadrados, se debe a la influencia de Roca sobre José Seguí. El redactor del Plan y Roca se reunían con cierta frecuencia para pactar la calificación de los suelos.

La ferrería de la Concepción se localizó en San Pedro porque antaño existían frondosos bosques de encina que cubrían toda la comarca e importantes yacimientos de mineral. Sustentó el crecimiento de la Colonia del Ángel primero y de San Pedro después. Tristemente, el expolio que hemos visto no es una historia nueva, sino que viene repitiéndose desde hace varios siglos. Cuando se quedaron sin encinas que cortar se vieron obligados a clausurar la ferrería.

No es la única vez que José Seguí se dejo influir por el entorno de Roca, Judah Binstock consiguió desviar la nueva autopista para que no partiera en dos su parcela denominada “Nueva Marbella” localizada al Norte del Centro Comercial “La Cañada”, en la carretera de Ojén. La elección de Seguí como redactor del Plan de Ordenación Territorial fue un auténtico desastre para la Junta de Andalucía, para la ordenación del territorio de la Costa del Sol y para los ciudadanos de Marbella. Es un buen arquitecto y, según sus palabras, está amenazado de muerte por distintos promotores a cuyas presiones no ha accedido. No obstante, quizás su error haya sido aceptar reunirse con Roca.

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