El ocho de Mayo de 2004 Jesús Gil sufrió un infarto cerebral. En ese momento seguíalúcido e incluso respondió a una llamada de uno de sus concejales, aunque es consciente de que su vida se apaga: “sé feliz que al final es lo importante en la vida”. Seis días después falleció, dejando 80 causas judiciales con una responsabilidad civil derivada del daño causado por sus delitos que podría dilapidar el patrimonio de la familia Gil. No era la primera vez que Jesús Gil padecía un infarto cerebral, el 24 de octubre de 1999 tuvo un amago que le llevó a decidir no presentarse a las elecciones generales de ese año. El certificado de defunción lo firmó el Juez Urquía, conocido por estar imputado en la supuesta aceptación de sobornos por parte de Juan Antonio Roca Nicolás y por extorsionar al empresario propietario del Marbella Club y Puente Romano Shamoon. Son muchas las leyendas que relatan una muerte fingida, la más extendida se basa en la facilidad con la que 4 personas llevaron el féretro alrededor del Estadio Vicente Calderón, pero lo cierto es que no hay ninguna prueba sobre su supervivencia.
El declive de Jesús Gil lo marcó su ingreso en prisión por el caso Camisetas. El Ayuntamiento de Marbella, a través de la sociedad Eventos 2000, y el Atlético de Madrid, firmaron un contrato publicitario por el que el club madrileño promocionaría la ciudad con la impresión de “Marbella” en sus camisetas, desgraciadamente el club había cedido los derechos de publicidad a la Liga de Fútbol profesional, por lo que se daba una doble venta de Derechos. El Atlético de Madrid cobró de la Liga y del Ayuntamiento.
4.11 La Herencia de Jesús Gil
Los abogados de la familia plantearon una estrategia para intentar burlar la responsabilidad civil derivada de sus delitos, declarando un patrimonio neto de tan sólo 625.007 euros con un dinero disponible de apenas 854 Euros. Las decenas de sociedades mercantiles se declararon en la testamentaría por apenas 1.377.964,35 euros a pesar de que en el activo de estas sociedades se encuentran fincas e inmuebles del valor del Club Financiero Inmobiliario en Marbella o la Finca de Los Ángeles de San Rafael en Ciudad Real. Los herederos declararon la exigua herencia, pero ni siquiera la liquidaron porque, como bien saben los bienes se encuentran sujetos a la responsabilidad civil de los delitos que pudiera haber cometido, y los mismos herederos hacen una pequeña relación de los procedimientos más relevantes.
La herencia de Jesús Gil no fue solo económica, también fue judicial. Tras de si dejó un reguero de imputaciones judiciales que implican a todos aquellos que estuvieron cerca de él, a excepción hecha de sus propios familiares. El fiasco del Plan General tuvo como consecuencia centenares de juicios por delitos contra la ordenación del territorio. Este tipo delictivo se incluyó en la reforma del código penal de 1997, pensando en el regidor marbellí. Los concejales no tardaron en estrenar el tipo delictivo. Por primera vez el 6 de Mayo de 1998 declaraban en su condición de imputados por un delito contra la ordenación del territorio el primer teniente alcalde, Pedro Román, quien consideró que "con la presentación de esta querella la oposición está tratando de utilizar políticamente la Justicia, quieren ganar en los juzgados lo que las urnas democráticas no les dan".
Desde que se aprobara el Plan en 1998, se empezó a dar licencias en base a una normativa flagrantemente ilegal. El director del área jurídica de urbanismo, Jorge González, se negó a informar favorablemente las licencias, motivo por el cual fue marginado y finalmente pidió la baja por depresión. Los informes los realizaba una abogada contratada por Roca llamada María Castañón, esposa de uno de los registradores de la propiedad de Marbella. En realidad los informes los tenía que redactar un funcionario, pero poco les importaba, se trataba de tener una cuartada para aprobar aquellas licencias que hubieran pasado “por caja”.
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